Sunday, April 25, 2010

mejor es callar.... shshsh!!

Elena y Tomás no eran amigos, luego de varios meses de haber empezado la universidad ni siquiera habían cruzado palabra. Todos en la facultad les preguntaban si se conocían, como si por el simple hecho de ser los dos peruano debieran de conocerse.
Elena era desinhibida y calmada, a los pocos meses en la "facu" ya conocía a todos, le encantaba Buenos Aires, todos era distinto a Lima. Su acento le facilitaba el conocer chicos y todos siempre querían conversar con ella, preguntarle de donde era y todas esas cosas.
Tomás era mas bien callado, tímido y en el primer ciclo de la "facu" sólo había hecho dos amigos con los que siempre iba al cine, hacía los trabajos que dejaban los profes y creaban proyectos literarios para la universidad; el era así, un escritor oculto.
En una de las tantas fiestas a las que a Elena le encantaba ir conoció a Tomás, obviamente ella, entrada en tragos y en pitos, le habló primero. Tomás era guapo y alto, moreno y de muy buen cuerpo. Ella, no muy alta, tenía tez blanca, el culo preciso y una mirada que, por lo menos a los hombres, les dejaba mucho a la imaginación.
Después de algún tiempo se hicieron amigos y conversaban mucho, a él le gustaba oír las historias pícaras de Elena y sobre sus encuentros furtivos con alguno que otro bonaerense atractivo, y bueno, a Tomás ella le pedía consejos sobre qué libros leer y que películas ver.
A los dos años de amistad Elena descubrió el triste prontuario de Tomás en lo que a sexo se refiere, el nunca hablaba de chicas, tenía una que otra historieta tiernucha pero nada lujurioso para compartir. Un día él le preguntó a Elena si ella se masturbaba, y ella le dijo que sí.
A partir de ese día sus conversaciones eran perversas, de comentarios subidos de tono, de repente a ella se le ocurrió lanzarle una interrogante: "Oye Tomás? tu te calientas conmigo?" el la miró sonrojado y ella se sintió demasiado severa, pero lo escucho hacer una confesión que ella no se esperaba y le dijo: "Elena yo soy virgen", algo sorprendente para un chico de casi 23 años.
Ya era mucho tempo de amistad y Tomás parecía ser cada vez mas cariñoso y ella provocadora. Una noche saliendo de la de "facu" Elena lo invitó a su depa a ver películas y mientras estaban echados en la cama los jueguitos y los besos empezaron.
Elena estaba excitada, los besos de Tomás eran delicados y sus labios pequeños se movían al ritmo de "Everything counts" de Depeche Mode. Tomás sin experiencia no sabía como besarle los pechos, los masajeaba con calentura y sus manos empezaban a bajar.
Por un momento ella quiso chupársela pero espero que él haga todo primero. Era su primera vez y ella no quería ponerlo nervioso, solo lo acariciaba por encima del pantalón, su trasero era durito. Tomás, metió sus manos en el pantalón de ella, estaba concentrado y sus dedos sintieron la humedad, el clítoris de Elena hinchado y tibio.
Por fuera no se sentía su erección, de pronto ella le bajó el cierre y metió su mano dentro del calzoncillo de Tomás sólo para encontrarse con algo poco largo y pequeño, era como tocar un dedo, estaba blando, pero al parecer el estaba muy excitado. Ahí mismo Elena se detuvo y le dijo a Tomás que tenía que salir, hacer algo (cualquier cosa para librarse de aquello pensó). El insistió un poco más y con el calzoncillo abajo la miro con confusión. Elena sintió rabia y pena al mismo tiempo, estaba con la libido a mil y quería terminar lo que había empezado, pero no pudo seguir, el miembro blando, algo oloroso (eso la espantó más) y diminuto de Tomás la tenía desmoralizada.
Al pasar los días Tomás la llamó y con tono seductor le preguntó: "oye y? cuando te visito? tu dirás!". Ella dio gracias que a través de teléfono el no pudo ver el gesto de rechazo dibujado en el rostro de Elena.
Ya han pasado varios meses y Tomás sigue insistiendo, su amistad se ha reducido a unos saludos fríos y no mas conversaciones calentonas. Elena lo evita en todo momento. Una vez ella le preguntó a un amigo gay que de repente lo mejor era ser honesta y decírselo y ya!, acabar con el misterio que era para Tomás toda la situación, pero éste le respondió: "Vos tenés que estar loca, es un disparate, lo matás al nene, lo matás!".