Tuesday, January 01, 2008

Kinky in the heart of America

December 28th

Heme aquí en Colorado luego de un largo viaje, he viajado largo antes pero creo que nada como un DELTA para arruinarle la vida a una; es que a quien se le ocurre construir una de esas tremendas cosas sin asientos reclinables, y 6 horas en la misma posición es una maldad. La aeromoza peruana, así como viejona que me tocó era gritona e impaciente.

Luego de haber pasado tortuosas 6 horas trepada en un avión y con el cuello colgando, como el pavo con cara de mi amigo Pacazo, llegué a Denver, donde en el aeropuerto hay que tomar metro para llegar de un lado a otro, pero no me perdí, astuta Kinky leía señales y seguía flechitas para no perderse y así fue, recogí mi mochilita y me dispuse a hacer la conexión con mi segundo vuelo, esta vez de solo dos horas.

Ya en Denver tras comprar un burrito en el Taco Bell y tomar la combi para ir a casa que, sin saber la pobre Kinky, se trepa al vehículo ignorante de la travesía que le esperaba. CASI TRES MALDITAS HORAS!!! Qué es esto decía yo, jamás creí que Vail era tan pero tan lejos de Denver, y bueno la música en mi mp3 se hizo indispensable; oyendo a Sheryl Crow gritar “if it makes you happyyyy, then why the hell are you so sad …!”; y me acordaba de Pi cuando me dijo que ya se me iba a pasar y que el volvería a ser el “amigo pacazo”.

Estuve esperando en la puerta del departamento bajo la nieve con mi mochila en la espalda por casi una hora, mis vecinos son casi todos argentinos, uno de ellos me dejó usar su baño, pero no fui nada amable, estaba cansada y odiaba al mundo en ese momento. Creo que hace mucho tiempo que no sentía tanta rabia, el frío calaba mis huesos, no se cuanto de temperatura había pero pensé que me iba a poner así como los cadáveres de VIVEN cuando ese avión se cae en los andes y los sobrevivientes se comen unos a otros.

Pude entrar cuando dos de mis roomates llegaron, una brasilera y una americana, son muy buena gente, me hicieron mi cama y una de ellas me dejó usar su celular para llamar a mi mamita. Tomé mi sopa instantánea de noodles con sabor oriental y pensé en Fer, no podía creer que me llamara desde Australia cuando estaba en el aeropuerto, aún en este momento ese recuerdo me arranca una sonrisa de los labios.

Me metí a la cama mas que rápido, intenté leer pero no tenía ganas, me puse mis audífonos, “...open your back door I just need to touch you once more, I wanna come over, the hell with the consequence…” decía la Etheridge, creo que aún pienso en “J”, espero empezar a trabajar lo antes posible o me voy a volver loca, ya estuve mucho tiempo sin hacer nada, ya pensé muchas huevadas.

Cuando amaneció llegó mi jefe a disculparse por la traumática experiencia de la noche anterior, ya no me importaba mucho, las montañas llenas de nieve se veían bonitas y fuimos a pasear por Vail, me enseñó donde debo chapar mis combis y fuimos al resort, comí en la cafetería y me presentó a mucha gente, hay hartos chilenos (para variar), todos son felices y risueños.

Luego me dejó sola y me subí a un bus para el downtown, tenía mis audífonos puestos, pero me di cuenta que el viejito que manejaba estaba escuchando “Riders on the storm” de los Doors, eso no me lo podía perder. Había un letrero que decía “OUR DRIVER TODAY IS: DOUG”, cuando me bajé le dije: “you’re listening some good music Doug!” y el me miró sorprendido y dijo: “Sure!”, creo que me gusta Colorado.

Que lindas fotos tomé, parecen paisajes descritos en MUJERCITAS cuando jugaban en la nieve y Jo se cae por un hueco en la pista de patinaje en hielo. Me compre un chocolate caliente con marshmellows, me quemé la lengua y me senté en una banca a ver a las ardillas mientras oía “…God only knows what I’d be without you…”. Luego me puse a pensar que si bien extraño a Pi y al chino, a Fer y a Peter y me di cuenta que, definitivamente no me he olvidado de “J”, la verdad es que a mí nadie me extraña. Las parejas lucen aun más enamoradas cuando pasan por mi costado. Como dice mi hermanita Gelatina “machito machito ya no lele”.

Cuando volví a casa había mucha gente y todos me saludaban efusivos, era cumpleaños de la brasilera, se había puesto un vestido muy fashion estilo Vera Wang, cuando se lo dije creo que no supo a qué me refería. La cosa es que me invitaron para ir con ellos a una disco del village, como ya se iban no tuve tiempo de cambiarme y, mientras estaban todos bien vestidos, yo fui con jeans viejos, polainas verdes, casaca impermeable verde y un gorro de lana bien rapero verde también.

Me puse a tomar como loca, bailaba “who let the dogs out, ooh ooh ooh ooh…!”, los chicos estaban guapos, todos eran americanos, uno de ellos me hablaba español con acento chistoso. Una amiga de la brasilera se emborrachó y me dio envidia, tomé como descosida:
- Tequila sunrise (2)
- Vodka con red bull (3)
- Ron con red bull (2)
- Copas de champagne (2)
- Cervezas (1)

Creo que debe haber sido la altura pero no me paso absolutamente NADA! Creo que les gusto a los gringos, hubo un momento de la noche en donde tres de ellos estaban a mi alrededor y querían que les diga si eran ciertas algunas cosas sobre Sudamérica y Perú que habían oído, por algún motivo creían que yo conocía muchos países, pero no es cierto, creo que más que ellos sí, los gringos creen que Estados Unidos es el mundo no?, pero eran muy amorosos.



Fue una buena noche, conducimos de regreso a Run River, que es donde vivo, y en la radio sonaba “…buffalo soldier, in the heart of americaaaaa…”.

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