Wednesday, October 19, 2005

MI PUNTO "J"

VOL. V
Empezó el verano y mi vida continuaba dramáticamente igual, no había sucedió nada nuevo y las veces que me lo cruzaba por la calle sólo atinaba a poner cara de desagrado y evitar verlo a los ojos. Una noche estaba yo con uno amigos compartiendo historias y bebiendo mientras compartíamos penas amorosas cuando se me ocurrió volver a llamar a “J”, para qué? no tengo idea, fue un impulso, habían pasado ya 4 meses aproximadamente y tenía que saber de él; los tragos contribuyeron a mi decisión por supuesto.

No me contestó, claro, así que dejé de intentar aconsejada por el pintoresco grupo que me hacía compañía aquella vez, pero al pasar las horas mi celular empezó a sonar, era “J”, contesté y sentí como su voz retorcida me pedía que nos veamos, un casi ruego que no pude dejar de aceptar, sin esperar más tomé mi cartera y mis llaves y salí corriendo desesperada e ilusionada por aquel esbozo de esperanza que “J” me estaba dando.

Nos encontramos en nuestra esquina debajo de su departamento, cuando lo vi me di cuenta que estaba ebrio, y yo pese a encontrarme en el mismo estado supe que tenía mis cinco sentidos en lo que estaba sucediendo. Juro que fui feliz, yo sentía la sonrisa que se dibujaba en mi rostro, mientras caminaba por la calle me salían pequeñas carcajadas de felicidad, “quiere verme!, me extraña!, no me ha olvidado!”.

Al vernos “J” sólo me abrazó, me olía el cabello, me apretaba fuerte, me acariciaba la espalda. Es tan alto que yo a su lado y rodeada de sus brazos me sentía tan minúscula, tan protegida. Sentía el olor a suavizante que tenía su ropa y oía su voz repetir una y otra vez: “oh, sweety I’ve missed you, I’ve missed you!”. Yo era feliz, en ese momento sabía que no debía hacer nada para arruinar aquel instante, el decía que me había extrañado y yo le estaba creyendo.

Después de un rato me pidió que subiéramos, yo no quería, le decía que mañana iba a arrepentirme si es que algo pasaba; él pareció entender pero luego recordó que el 12 de octubre fue mi cumpleaños y que se sentía muy culpable por haberme herido en esa fecha tan especial, los gringos tienen cierta fijación por la celebración de los birthdays, parecen ser importantes para ellos, pero tomé esa excusa y le dije que yo estaba muy decepcionada de él.

“J” me tenía un regalo, reconoció no haber estado en la ciudad por algunas semanas y recordó que me había comprado un presente en Las Vegas donde le fascina ir de vez en cuando. No soy tan ingenua, pero en ese momento le creí cuando me dijo que no tenía segundas intenciones, “sólo conversar ok?” refrendaba constantemente que acepte la invitación.

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