Wednesday, October 19, 2005

MI PUNTO "J" (last chapter)

VOL. VI
Una vez en su departamento me envolvió ese olor, esa sensación de unos meses antes cuando yo salía del ascensor al abrirse la puerta y él se escondía detrás de un muro para asustarme, me sentía súper vulnerable ahí, con ese sofá en frente que fue testigo de nuestra casi relación, ese sofá en el que hicimos el amor, en el comimos, en el que vimos películas, era nuestro sofá y después de tanto tiempo “J” estaba otra vez sentado en él e insistiéndome para que me sentara junto a él.

Aún hoy recuerdo la conversación que tuvimos, el sentado en el sofá y yo en el comedor (jamás quize acercarme a él) le dije todas las cosas que tuve guardadas durante tanto tiempo, le dije esas cosas que practicaba repetidas veces sola en mi habitación, pude expresarle el odio que sentí, y nunca perdí la cordura, jamás me mostré triste o herida, es más le demostré lo equivocado que estaba en cuanto a mí y lo vulgar de aquel radical cambio de parejas que había experimentado, le reproché muchas otras cosas y él supo que yo estaba en lo correcto.

Su mirada era fija y sus ojos tenían las lágrimas dispuestas a correr a través de sus mejillas. “I’m sorry I’ve ever hurt you, I’m sorry, I’m sorry”, sus ademanes me daban la impresión de que estaba arrepentido pero al mismo tiempo no sentía que me estuviera dando alguna esperanza para volver a estar juntos; “we are just not meant to be together” fue la ultima frase que salió de sus labios, esa frase fulminante que me hizo comprender que este gringo cuarentón simple y llanamente nunca me quizo.

Salí al balcón para tomar un poco de aire, estaba sofocándome con tanto intercambio de frases producidas de las que jamás tuve que hacer uso en el pasado, era como oír una conversación en una película americana. “J” me siguió y me abrazó por detrás, y en ese momento me entregó dos cajitas que se supone eran los regalos que me trajo de su último viaje. Minutos después me quizo besar pero me rehusé y en medio del tire y afloje de nuestros labios salí corriendo.

Oí so voz llamando mi nombre, y pese a que me costó mucho librarme de esos brazos grandes y fuertes presioné el botón del ascensor y espere a que la puerta se abriera, “J” la detuvo y se metió a mi lado, ahora que lo pienso realmente no sé cual fue su intención pero estando ahí los dos juntos y yo sin salida, le exigí que sea un caballero y que camine conmigo a casa, lo hizo y la conversación que tuvimos a los largo del trayecto fue realmente nula.

Legué a casa y parados en frente del portal me pidió un abrazo, se lo dí y fue eterno, no quería dejarlo ir pero el no me quería a su lado, aún no sé los motivos de su decisión, “we’re just not meant to be together”, como alguien puede saber si estas destinado o no a estar con otra persona?, parece que él si lo sabía, porque esa persona que no estaba destinada a estar con él era yo. Para mí las explicaciones son varias, nunca me quizo, nunca me encontró lo suficientemente atractiva como para mostrarme a sus amigos, fui muy independiente para estar a su lado.

Recuerdo que en una de nuestras interminables noches en su sofá le pregunté qué no le gustaba de mí y no tuvo absolutamente nada que decir, se quedó callado por un largo rato y finalmente me afirmó que él no hallaba nada malo en mí y que no me podía hacer feliz, tan simple como eso, obviamente que mi respuesta fue tan antipática e inmadura que me da un poco de vergüenza repetirla, pero como ya lo mencioné antes “J” tenía ese efecto en mí, en frente suyo yo tenía 8 años otra vez.

Bueno, pasaron los meses, mi vida continuó patéticamente igual, aquella fue la última vez que vi a “J” y a ese sofá, fue la última vez que pasé por su departamento, cambié de barrio, empezé a salir menos, y me dediqué a conocer nuevos lugares para pasar mis noches de fines de semana, como ya no tenia una razón para llorar en mis momentos de soledad me di cuenta de que extrañaba mucho a mi familia, necesitaba a mi hermanas y a mi mama cerca de mí, así que hize menos esporádicos mis viajes a Arequipa.

Sé que el tiempo me va a enseñar a dejar de ver como perfectos idiotas a cada hombre que se me acerca y puede que me sienta sola y de vez en cuando piense que si tuviera a alguien especial a mi lado mi vida sería algo más llevadera, pero he optado por la soledad y bajar las revoluciones en cuanto a encuentros fortuitos que se suceden uno tras otro y sólo me dejan más vacía y sola.

Es extraño como después de tanto tiempo (más de un año), no he conocido a nadie nuevo, mi rutina deportiva disminuyo completamente, mis hábitos alimenticios son desastrosos y mi grupo de amistades se reduce a un gay marihuanero de casi cuarenta años que lo único que hace es criticarme y pisotear cada idea o resolución que tengo sobre cualquier cosa de la conversamos.

Nunca he pensado que soy depresiva ni mucho menos, alguna vez un amigo me dijo: “stress?, depresión? eso es para los weones que tienen plata”, me causó mucha gracia pero sin querer yo siempre he tenido esa idea, me da la impresión de que la gente que tiene estas cosas es floja no más. En lo que sí creo es el profundo sentido de añoranza, dicen que vale más añorar que siempre tener, ya que tenerlo todo liquida, pero la tristeza que esta dentro de mí ahora la cambiaría por cualquier cosa.

“J” regresó a su país hace ya dos meses y si bien nuestras pequeñas vivencias fueron una que otra después de la ruptura y de todo lo que he contado en ésta historia, nunca más las encontré significativas como para recordarlas, si “J” fue importante? no lo sé; si lo quize? no lo sé; si lo voy a recordar? definitivamente, ya que la vida me ha enseñado que: “when you make the biggest mistake ever, something good can still come from it”. Así es, aún cuando hayas cometido el error más grande de tu vida debes tener la certeza de que algo bueno saldrá de eso.

THE END

3 comments:

Alvaro Horta Calzada said...

Karencilla:
¿Cómo estás?... ¡Tanto tiempo! Soy Álvaro Horta e imagino que te acordarás de mi. Por Andrés Otero me enteré de tu blog. Me han entretenido tus historias. Yo estoy bien. Sigo viviendo acá en Santiago y aún me falta por terminar la tesis del Magíster. Me decidí a escribirte porque hoy te ví por TV. Estabas sentada a un lado del capitán del buque que derramó petróleo en Antofagasta. Estaban en sala donde se realizaba la audiencia ante el juez. ¿Trabajas para la fiscalía también? o na' que ver. Igual fue un gusto verte. Espero que de vez en cuando nos podamos comunicar. Un gran abrazo!

Kinky Devil said...

Andresito!! q weno que te guste mi blog, no trabajo pa la fiscalia, soy interprete y profe de ingles en el WALL STREET, por eso me llaman de vez en cuando pa la fiscalia... que weno sber de ti... ojala sepa tu mail, te mando muchos besos!!!
Necesito tu opinion sobre mis historias... a veces dan risa a veces dan pena, pero es la vida no mas...
CUIDATE HARTO!!
un besito!!!

Alvaro Horta Calzada said...

Karen:
Me dijiste Andresito y soy Álvaro (Horta). Pero no importa. Igual me dio gusto que me respondieras. Mi mail es alvarohorta@yahoo.es

Un abrazo!