Un 29 de Septiembre...

Siempre he tenido la idea en mi cabeza de escribir un libro sobre la mujer más maravillosa que he conocido en esta tierra, la verdad es que no conozco muchos aspectos de su vida mientras crecía, pero desde que yo nací ha sido el molde perfecto para hacerme saber cuáles son las cualidades que una mujer requiere para ser respetada y amada de sobremanera, como ella lo es.

Fue un 29 de septiembre, hace algunos años atrás, que ésta gran mujer daba sus primeros respiros en este mundo. Ella, hija de una familia pequeña proveniente de un pequeño pueblo y con pequeñas ambiciones, fue bautizada como Lourdes, le pusieron mucho otros nombres, pero lo importante es decir que su forma de ser pasiva y delicada ha hecho que todos, familia y vecinos, desarrollen cierto cariño hacía éste divino ser.

Puede que me emocione mientras escriba esto y sé que de repente, al redactar la historia de alguien a quien tanto admiro y amo, los errores e imperfecciones serán más agudos que de costumbre, sin embargo, lo intentaré para poder agradecerle lo que hoy en día ella ha hecho de mí.

Hoy es su cumpleaños, y hace ya 5 años que dejé de pasar este día junto a ella. Recuerdo cuando era niña que mi papa solía despertarnos muy temprano en la mañana para llegar al pie de su cama, con regalos y el desayuno servido. A pesar de esforzarnos mucho ella siempre prefería lo mismo, su tesito y sus tostadas. Así es ella, sencilla pero llena de detalles, delicada pero siempre con la palabra precisa, seria pero siempre con la sonrisa perfecta.

La descripción que hago de ella puede haber sido levemente tergiversada por cierto sentimiento de culpa que me acongoja ya que nunca parezco poder llegar a ser suficiente mujer como ella lo es, y finalmente hacerla feliz del todo.

Ha tenido 6 hijos, y aquel ser supremo del que ella dice ser tan devota, le arrebató uno; nunca lo culpó, nunca dejó de tener fe y nunca dejó de ser madre para el resto de nosotros. Tiene cierta fijación por los niños solos, ella alega que de niña nunca estuvo sola y por eso se le rompe el corazón cuando ve un niño sin padres o huérfano, por este motivo en mi casa nunca faltan los invitados a almorzar, a cenar o a tomar te.

Tuvo sólo un hijo, su tesoro, y pobre del que diga lo contrario, ahora él ya es un hombre, pero pese a los 40 años que pronto le pesarán encima para ella siempre será su “mijo”, a su vez éste hijo le dio a su hijo, y después de 10 años, ella no podría vivir sin la compañía de ambos, la casa puede estar llena, pero si alguno de estos personajes esta ausente, ella añora su presencia.

El resto de su descendencia son todas mujeres, por supuesto celosas y siempre buscándole los defectos al único de sus hijos, “como dejas que te hable así?”, “por qué le aceptas esas cosas?”, pero yo estoy segura que ella sabe exactamente lo que hace, lo que espero es que él se de cuenta también de las cosas que le hace a ella.

Con la mayor de sus hijas siempre exigente, siempre detallista, aparentemente indiferente pero, al mismo tiempo, siempre dispuesta tenderle la mano cuando las cosas no han salido como ella lo esperaba. Una vez casada y, con una vida llena de caminos nuevos que seguir, esta hija partió y al mismo tiempo el llanto de mi madre no cesó, hasta que finalmente las fuerzas del destino trajeron de vuelta a su hija con otro miembro más a quien querer, su bebé.

En mi caso, porque soy yo la que sigue, tengo que decir han pasado ya muchas cosas entre nosotras a través de todos estos años, cosas que estarán siempre “entre nosotras”. Sé que no he sido el retoño perfecto de tan perfecta existencia como la suya, y pese a todas las bofetadas que le di con mis acciones de niña estúpida, ella siempre estuvo ahí dispuesta a darme la otra mejilla y nunca dejó de tratar de hacerme mejor.

La vida le dio dos hijas más, una de ellas abrumadora y de un temperamento retumbante mientras la otra es dulce y tranquila, siempre y cuando no salgan a relucir los rasgos inaguantables que todas heredamos de nuestro lado paterno. Mamá nos hizo unidos y también nos hizo fuertes, sin embargo, aún hoy en día nos sobreprotege.

Creo que tengo mucho que decir y que todo el cariño del mundo no puede ser expresado en estas limitadas líneas, pero al mismo tiempo, creo que ella tiene muy claro lo bien que cumplió y cumple su rol en éste mundo. Es mi madre, es Lourdes, es la luz que ha guiado los caminos de éstos cinco seres humanos y es la luz que nos guiará durante muchos años más hasta el fin de nuestras vidas.

Hoy, hace algunos años atrás naciste, chiquitita y enfermiza, asustadiza y delicada, pero la vida te hizo fuerte y empeñosa, te enseñó a ser mujer y a ser madre. Hoy te veo y recuerdo como nos criaste, como nos reprendiste una que otra vez, a unos más que otros, como nos guiaste y, lo mas importante es que aún hoy puedo ver como nos amas.

FELIZ CUMPLEAÑOS MAMI, TE QUIERO MUCHO!!!